Mostrando entradas con la etiqueta CHÉJOV. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CHÉJOV. Mostrar todas las entradas

sábado, 16 de julio de 2011

APÉNDICE: SOBRE OS CONTOS DE CHÉJOV (segundo A. Ibáñez):



Antón Chéjov e a súa arte de escribir contos. Ése é o tema do artígo do escritor Andrés Ibáñez titulado "El caballero de la dama del perrito", publicado no 2001, que queremos introducir agora neste blog a modo de apéndice xa que consideramos que a pegada deste ruso na arte de escribir contos ou relatos na Norteamérica anglosaxona (EE UU, Canadá)é indubidable e esencial se queremos apreciala. Un non ten lido miles de cousas sobre Chéjov, desde logo, pero si algún libro, aquel prólogo, un pequeno artigo por aló... De todo isto o publicado por A. Ibáñez en 2001 é do máis destacable, por lúcido, claro e carente de certos lugares comúns que se soen facer non pouco cargantes. Como é de varias páxinas seleccionaremos algúns fragmentos. Se ben o autor introduce numerosos exemplos que ilustran as súas afirmacións, eses exemplos lamentablemente desaparecerán case totalmente nesta selección, polo que pedimos disculpas:

“Para Chéjov, la vida humana se compone de dos partes: primero, ilusiones; luego, fracaso. El eje que separa ambas partes, que son consecutivas e inevitables, se sitúa en los treinta y tantos años, y se centra en un acontecimiento sin especial importancia y que, por lo general, dura apenas un instante. Esto es lo que podríamos llamar “el mito del instante decisivo”.
Es un instante lo que decide el curso de nuestra existencia (…). El instante decisivo nos alcanza de forma inesperada, nos golpea con fuerza, nos deslumbra, y a partir de entonces ya nada vuelve a ser como antes. Normalmente nos descubre la futilidad y sordidez de la existencia, pero en ocasiones es todo lo contrario, y con el paso del tiempo lo recordaremos como la experiencia cumbre de nuestra vida. En ambos casos, el resultado es el mismo: la certidumbre de que, a partir de ese momento, sólo nos espera la tristeza.
(…) ¿Es así la vida? ¿Así de triste, así de tenue? ¿Somos de verdad tan poca cosa? Chéjov así parece creerlo. Nuestra vida no es algo grande, magnífico y alado que avanza hacia el horizonte. Nuestra vida es un equívoco, una historia de la que no sabemos nada. Vivimos en la imaginación, y no sabemos cómo somos realmente ni cuáles son nuestros verdaderos motivos. (…) Toda nuestra vida sucede en la imaginación, nos desconocemos absolutamente y no tenemos ni la menor idea de lo que de verdad nos importa. Esa es la razón de que nos veamos abocados a la desilusión y al fracaso. Antes de los treinta, todavía hay alguna esperanza. Después de los cuarenta, todo está perdido.
¿Cuáles son nuestros verdaderos motivos? (…) Siempre es un detalle insignificante lo que precipita en Chéjov las reacciones más apasionadas y trascendentales. No sabemos si la vida real es así, pero es probable que lo sea, porque los mayores psicólogos de la literatura de todos los tiempos coinciden todos en señalar esta extraña anomalía de nuestra vida psíquica.
(…) Historia, tema, técnica. El “mito del instante decisivo” le proporciona a Chéjov muchos de sus nudos argumentales. La pregunta “¿cuáles son nuestros verdaderos motivos?” constituye el “tema” de muchas de sus obras. (…) Chéjov, además de disponer de un mito argumental y de un tema principal, cuenta también con una técnica artesanal para realizar sus relatos. (…) Es la que podríamos llamar “técnica de la imagen narrativa”.
(…) Sobre todo en algunos de sus cuentos más breves, Chéjov alcanzó en este difícil arte [de la imagen narrativa] unas cotas de virtuosismo raramente igualadas.
(…) La técnica de la imagen narrativa consiste en colocar ante los ojos de nuestra imaginación una imagen o una serie de imágenes que cuenten la historia por sí solas. (…) Pensemos, de nuevo, en [el cuento] “La bromita”. (…) Estas imágenes componen una especie de historia paralela, que coincide en ocasiones con la historia que “leemos”, pero posee su propia riqueza de connotaciones simbólicas e insinúa paisajes psicológicos y míticos mucho más amplios y complejos que los que parece sugerir la sencilla trama verbal del cuento.
(…) En algunos casos, Chéjov utiliza una sola imagen para hacer que un cuento se convierta para siempre en un recuerdo imborrable de nuestra memoria. Es el caso, por ejemplo, de “La tristeza” (…).
(…) Chéjov es uno de los grandes escritores cómicos de todos los tiempos, y el humor tiene un papel absolutamente central tanto en sus relatos como en su teatro. (…) En su personal versión de “Platonov (Melodía inacabada para piano mecánico)”, Nikita Mikhalkov [¿non debería aquí escribir A. Ibáñez “Mijalkov”, con jota, xa que escribe “Chéjov”, con jota tamén…?] nos proporciona una visión de lo que sería un Chéjov cercano al ideal: diálogos chispeantes, ritmo trepidante, humor desbordante, melancolía arrasadora…
(Andrés Ibáñez, "El caballero de la dama del perrito", artículo publicado en Revista de Libros, nº 57, pp. 41-44, Sept. 2001).


Outro día talvez, quen sabe, volveremos sobre Chéjov, ese autor que tanto admiramos e que tanto influíu e segue influíndo en escritores de contos e relatos (Hemingway, Salinger, Carver, Mansfield, Tobias Wolff, Alice Munro, probablemente Joyce, etc.), pero non só en escritores (Tomine, ¿Antonioni?, etc.).

sábado, 30 de mayo de 2009

Ray & Tess: contar e cantar

Tess Gallagher, a segunda esposa de Carver, axudaba a éste nos seus últimos días de vida -morreu de cancro de pulmón: os pulmóns levaron tamén a Chéjov a morte- a revisar os seus poemas que conformarían finalmente o libro Un sendero nuevo a la cascada. Últimos poemas (Visor).
Unha noite, Tess mirou certas pasaxes subliñadas por Ray Carver dos relatos do seu admirado Chéjov, e comprendeu que parecían referirse aos poemas de Ray. Pasou pois a máquina algún destes fragmentos, mais en verso, e con título. Foi así que Tess e Ray descubriron "outro" Chéjov dentro de Chéjov.
Ray comezou entonces a pasar a máquina pasaxes chejovianos. Di Tess Gallagher no prólogo ao libro antes citado:
"El resultado era algo situado entre el poema y la prosa, y eso nos gustó porque algunos de los nuevos poemas de Ray difuminaban los límites entre poema y relato, igual que sus relatos a menudo adquirían fuerza gracias a estrategias dramáticas y poéticas. (...) El relato presentado como poema destacaba sin pretenderlo las intensidades de fraseo o lenguaje que podrían haber lastrado la fuerza del propio relato, y sin embargo el relato podía atraer la atención del lector de otro modo por haber sido concebido como poesía."

Engadimos a continuación un par de exemplos incluídos no libro antes nomeado:

EL MERCADO DE PÁJAROS
No se engaña al aficionado a los pájaros. Ve y
entiende a su pájaro desde lejos
-"No hay que confiar en
ese pájaro"- dirá un aficionado a los pájaros,
mirando dentro del pico de un cahamariz, y contando las plumas
de su cola. "Canta, es cierto, pero ¿qué
indica? También yo canto en compañía. No, muchacho, canta
sin ninguna compañía, canta e soledad si
es que puedes... ¡Dame
el que está callado!"
(Antón Chéjov, "El mercado de pájaros")

NO TE ALEJES
Nadia, mejillas encendidas, feliz, los ojos brilando con
lágrimas a la espera de algo extraordinario, bailaba y
daba vueltas, con su blanco vestido ondulando y dejando ver
fugazmente sus esbeltas y bonitas piernas en sus medias color
carne. Varia, extremadamente contenta, cogió a Podgorin por el
brazo y le dijo en voz muy baja con expresión significativa:
"Misha, no te alejes de la felicidad. Acéptala
mientras se te ofrece gratuitamente, después correrás
detrás de ella, pero no la podrás alcanzar".
(Antón Chéjov, "Visita a una virgen")

Para ter acceso a tres poemas de Carver, en inglés, na rede, preme aquí. Un deses poemas, agora tanto en inglés como en castelán, podes lelo aquí. Para acabar (se ben hai moito máis na rede, por se queres enredarte a gusto) ofrecemos aquí outro enlace para acceder a varios poemas de Ray Carver en castelán. Boa caza.



miércoles, 11 de marzo de 2009

"E de pronto todo aclarouselle" (un ruso na corte do presidente ianqui)

Prometimos xa desde o comezo deste club/blog que navegaríamos vento en popa a toda vela na busca de... Antón Chéjov (1860-1904).
Voilà! Aquí o temos, metido no peto de Anderson, debaixo do seu sombreiro, somerxido no seu tinteiro de tinta non visible. Chéjov, o único, o máis grande, o que falando cun fío de voz coloca todolos mobles da casa do conto patas arriba mentres os demais deambulamos entre eles como se non pasara... nada.
Como un segredo, o aire chejoviano pásao Sherwood Anderson a Hemingway, e aí o temos tamén en Fitzgerald, Salinger, Cheever, Carver, Wolff, o propio Richard Ford, Alice Munro... (Por non falar, xa fóra de Norteamérica, de Joyce, Mansfield, Quiroga e tantos outros...). Din os teólogos que no século XX -podes engadir o XXI, se queres- hai dous tipos de contos: os de cor kafkiana, e aí teríamos a delincuentes como Borges ou Cortázar, e a de cor chejoviana, e aí atoparíamos á maioría de mestres contistas norteamericanos dos últimos tempos.
O escritor de contos John Cheever (EE UU, 1912-82), coñecido como "o Chéjov dos suburbios", dicía que nos contos chejovianos, aparentemente, nada sucede: non busques neles asasinatos, espías roubando armas secretas ou heroicidades hollywoodienses... Pero é que Cheever, nun alarde de sensibilidade pedagóxica que lle honra, fainos ver que a pregunta máxica non é a do lector inxenuo, non pode ser "¿pasa algo (roubo, asasinato, vinganza con efectos especiais, naves espaciais en batallas galácticas)?", senón "¿é interesante?"
Contan os libros de historia do pensamento occidental que cando Descartes dixo aquilo de "cogito, ergo sum", voilà, naceu a filosofía moderna como por arte de maxia... Cando Chéjov comezou a publicar eses contos nos que non pasando nada pasa real e sutilmente... to-do, voilà, ríase vostede da filosofía moderna nos bigotes mesmos de monsieur Renato.